The PEN Ten is PEN America’s weekly interview series. This week, Jared Jackson speaks with Iván Monalisa Ojeda, author of Las Biuty Queens: Stories (Astra House, 2021), translated from Spanish to English by Hannah Kauders, who also translates the story collection.
1. ¿Cuál fue el primer libro u obra literaria que tuvo un impacto profundo en ti?
Bajo la rueda de Herman Hesse. Descubrí a Hesse a los trece o catorce años. Fue el primer libro que no quería terminar porque me gustaba tanto. De allí, empecé a leer Demian, después leí El lobo estepario. Eso tiene que ver también con la edad que tenía, porque estaba entrando a la adolescencia. Como yo estaba cambiando de piel, también así cambió el tipo de literatura que empecé a leer.
2. ¿Cómo entiendes la relación entre verdad y ficción? ¿Cómo exploras esa relación en tu escritura?
En mi caso, no veo una diferencia profunda entre verdad y ficción. Generalmente mi trabajo se basa en hechos reales. Las historias ya existen, yo solo las cuento. Es una operación casi física. Pasan por la energía, pasan por los diferentes niveles físicos. Cuando escribo, no estoy consciente de cuando estoy haciendo ficción. Es una condición sine qua non de la escritura. Las historias ya existen. El papel del storyteller es contarlas, y cuando alguien las lee en un papel impreso, se transforman en literatura.
“Cuando escribo, no estoy consciente de cuando estoy haciendo ficción. Es una condición sine qua non de la escritura. Las historias ya existen. El papel del storyteller es contarlas, y cuando alguien las lee en un papel impreso, se transforman en literatura.”
3. ¿Cuál fue uno de tus descubrimientos más sorprendentes al escribir este libro?
Es algo que aún sigo descubriendo y lo voy a llamar realidad paralela o realidades paralelas. El primer libro (La misma nota, forever) y Las biuty queens son libros hermanos. Tienen los mismos personajes y más o menos son las mismas situaciones. Me di cuenta de que hay todo un universo allí, que todavía había muchas cosas que contar.
Aquí me acordé de una cosa en el Antiguo Testamento… no me acuerdo bien, pero se trataba de un peregrino que iba a una de esas ciudades antiguas con muralla, y antes de entrar a la ciudad, una estatua le dice al hombre, “Entra, y cuando salgas de aquí cuenta todo lo que viste.” Eso se me quedó, y eso es lo que voy viendo dentro de esta realidad paralela. En ese universo paralelo, mi trabajo es contar todo lo que vi. Cuando Iván vino a New York y conoció a Monalisa, y mi tribu me dió la bienvenida, me acogió, me enseñó a sobrevivir, me dijeron eso: ven con nosotras, quédate aquí, y en algún momento, cuenta todo lo que viste. Esa es la realidad paralela que descubrí y que sigo descubriendo.
4. ¿Dónde escribes? Algunxs escritorxs tienen rutinas especiales o talismanes que mantienen cerca a la hora de escribir. ¿Y tú?
Yo escribo en bibliotecas. Las biuty queens lo escribí en bibliotecas. Soy muy hyper, ansioso y me distraigo con todo, entonces me decía: okay, voy a ir a la biblioteca en the Bronx y voy a escribir tres páginas. Iba y escribía tres páginas y tenía que salir. Ahora tengo que tomar la guagua, voy a ir a Washington Heights, a la 178 y St. Nicolas, voy a escribir otras tres páginas. Creo que por eso los cuentos tienen un ritmo, una cosa callejera. Yo soy de la calle, yo soy callejero. No tengo un escritorio, mi escritorio son las bibliotecas.
5. ¿En qué momento empezaste a llamarte escritor/a? ¿Cómo se sintió?
A mí me gusta más la palabra author, porque en inglés no tiene género. Y no sé, vino solo. A pesar de que en mi escuela, yo estudié teatro, vino solo. Yo siempre he escrito, desde que era chico. Para mí es algo natural.
“A pesar de que venimos de distintos países, hay una cosa maravillosa que nos une, y eso se llama el español. Te das cuenta de que son más nuestras similitudes que nuestras diferencias. Llegas acá como un inmigrante en una tierra extranjera, alejado de tu familia, pero sigue habiendo algo que ya estaba desde donde tú viniste, que es el idioma. Esa es la unión de todo.”
6. Algunos de los cuentos de Las biuty queens son narrados por Monalisa. Con facilidad y humor, su singular voz explora la ominosa verdad de un mundo escondido de drogas, amor y pérdida. ¿Qué llegó primero, la inspiración de los cuentos, o Monalisa, cuya voz única y incisiva guía a la lectora?
No estoy muy de acuerdo con la palabra inspiración. Yo creo que es la necesidad de comunicar. Escribir los cuentos era una forma de comunicarme con mis amigas. Mis primeras lectoras son mis amigas de esa tribu urbana. Es una forma de agradecimiento por lo que me han enseñado, por lo que me siguen enseñando. Es una forma de decir que tenemos una historia que se necesita contar, y una forma de honrarla. El mundo del transgénero es de corta vida. Si te pones a revisar los personajes de los cuentos, un par de ellas se han muerto desde que yo los escribí. Tres de ellas, de hecho. También es una forma de honrarlas, de mostrar que son vidas importantes.
Espero que esto no suene medio esquizofrénico, pero la Monalisa obviamente es el Iván, pero la Monalisa era la trabajadora sexual, y el Iván era el “intelectual.” La Monalisa era la que buscaba las habichuelas. Al escribir, se produjo la fusión entre el Iván y la Monalisa. Iván tiene la técnica, pero Monalisa tiene las experiencias. Iván es el que tiene el conocimiento “académico” y Monalisa tiene el conocimiento empírico.
7. ¿Cuál consideras que es la mayor amenaza para la libre expresión hoy en día? ¿En algún momento tu libertad de expresión ha sido amenazada?
Si hay una que encuentro que con el tiempo haya perdido su objetivo, es lo que llaman lo “políticamente correcto,” esa cosa de que uno tiene que tener cuidado con todo lo que dice. Yo creo que quita la originalidad. Lo políticamente correcto no me gusta porque le quita naturalidad a la gente y te obliga a ser a veces hasta hipócrita. Hablan como hay que hablar, pero no porque lo sientan. Incluso dentro de la misma comunidad LGBT, ya es demasiado. Tiene que ver con una cosa generacional, también. Los chicos de 20 viven en otra realidad diferente a la nuestra, diferente a la mía.
8. El libro presenta al lector un conjunto de personajes diversos que incluye a inmigrantes latinxs de Puerto Rico, Chile, El Salvador, Colombia, Ecuador y Honduras, entre otros. ¿Cuál es el sentido de la comunidad y del cuidado colectivo para los personajes de estas historias? ¿Por qué era importante para ti hacer de esto uno de los temas centrales de tu libro?
A pesar de que venimos de distintos países, hay una cosa maravillosa que nos une, y eso se llama el español. Te das cuenta de que son más nuestras similitudes que nuestras diferencias. Llegas acá como un inmigrante en una tierra extranjera, alejado de tu familia, pero sigue habiendo algo que ya estaba desde donde tú viniste, que es el idioma. Esa es la unión de todo. Eso es lo que hace que haya una especie de hermandad, independiente de que todas hagamos el mismo trabajo “ilegal.” Ante todo es el idioma el que hace que se produzca ese entendimiento, esa complicidad, esa solidaridad.
“Pero tenemos esa gran virtud en la comunidad transgérnero que es el humor, el humor negro. A pesar de lo que pasa, siempre hay algo de qué reírse. La risa es el bálsamo, es súper importante. Es más difícil hacer reír que hacer llorar. La comedia es más difícil que la tragedia.”
9. La amenaza de la violencia contra lxs trabajadorxs sexuales aparece en casi todos los cuentos del libro. En “En el Bote,” el narrador/la narradora incluso termina las palabras de otro personaje, cuya principal preocupación es que él/ella siga vivo/a después de haber desaparecido. A pesar de esta amenaza, el amor, particularmente entre amigas, está igualmente presente en estas historias. ¿Cómo encontraste el equilibrio entre estas dos realidades? ¿Por qué era importante incluirlas en el libro?
La policía en Estados Unidos tiene licencia para matar, es así de simple. Utilizan la violencia como primer recurso, no como último recurso. Dentro de la comunidad LGBT, la comunidad transgénero es la más precaria en cuanto al poder de opinión, en cuanto a representación política. Y si haces trabajo sexual, estás siempre al borde, al borde. En vez de ser una entidad que te ayuda o que te protege o que te guía, la policía juega un papel totalmente opuesto.
Por ejemplo, a una amiga mía la arrestaron solamente por caminar por la Roosevelt Avenue de noche. Te ven caminando ahí y entonces ellos suponen que tú estás prostituyendo, por presunción, y te arrestan. Y eso estaba protegido por la ley.
Pero tenemos esa gran virtud en la comunidad transgérnero que es el humor, el humor negro. A pesar de lo que pasa, siempre hay algo de qué reírse. La risa es el bálsamo, es súper importante. Es más difícil hacer reír que hacer llorar. La comedia es más difícil que la tragedia.
10. ¿Por qué piensas que la ficción es fundamental para los seres humanos?
La ficción tiene el poder, o tiene la magia, de hacer que la realidad sea eterna. ¿Qué hace que algo quede forever? La ficción. Al hablar de Amalia, por ejemplo, la hago eterna, se hace eterna.
Iván Monalisa Ojeda was born in the late ’60s in southern Chile and grew up on the shores of Lake Llanquihue. He/she studied theater at the University of Chile, in Santiago, and when he/she got his/her degree, Ojeda settled in New York, where he/she currently lives. He/she published an essay collection, La Misma Nota, Forever (Sangria Publishers, 2014) and has written articles for magazines and plays. In addition to being a writer, he/she is a performer and is at work on a novel. Ojeda’s pronouns are he/she, his/hers, and him/her because he/she considers him/herself to be both genders.
Hannah Kauders is a writer and translator based in Brooklyn. She holds an MFA from Columbia University, where she taught undergraduate writing. Her writing and translations have appeared in Fiction International and Exchanges: Journal of Literary Translation. She was a finalist for the 2020 Iowa Review Award in fiction.